sábado, 23 de octubre de 2010

PELÍCULA: EL HALCÓN MALTÉS

“Sam Spade (Bogart) es un detective que se ve
envuelto en una investigación
oscura y tratará de
descubrir la ubicación del famoso halcón maltés”


Que situación tan rara para Spade cuando llega a la oficina de Spade & Archer, investigadores privados, una señorita fabulosa, elegantemente vestida y con una voz y una piel espectacular. Quiere que investigue algo que no es muy creíble pero los doscientos dólares que dejó en su escritorio, hacen que la situación sea accesible. Archer se ofrece a hacer el seguimiento. Horas después, Archer es asesinado. Spade se encuentra contrariado. No le pueden hacer esto, a uno de los suyos no le pueden hacer esto. Y toma la decisión de arreglarlo por sus propios medios.

Spade es un hombre que tiene las respuestas en la punta de la lengua. Su bella secretaria lo mima, le hace sus cigarrillos y se lo coloca en su boca. Lo atiende y lo respeta. Llega la viuda. La esposa de su colega. Después de cerrar la puerta se dan un beso y la viuda le dice: Sam, le mataste tú? Quién te ha metido esa idea en la cabeza. Siempre me decías que si no fuera por Miles, tu…Y entonces descubrimos que Sam Spade era amante de la esposa de su colega de trabajo. Dónde quedó el espíritu ético. Por qué no respeta a su colega. ¿Acaso, ahora que ha muerto lo quiere vengar, después que tenía amoríos con su esposa? ¿No es esto incoherente y perfectamente absurdo?

Sam decide limpiar su nombre también porque es uno de los sospechosos. Claro, tendría que probar su inocencia esclareciendo el caso por su cuenta.

Y es que John Huston es de aquellos que trata a sus personajes como si fueran estos la misma película. Bogart tiene las cualidades que buscaba Huston, a pesar de haberle ofrecido primero el papel a George Raft, este no se quiso comprometer y le dejó el papel a Bogart, que aprovechó hasta el último aliento de Spade para convertirse en un personaje absolutamente preciso y excéntrico.

El movimiento de cámara, los planos y el ángulo, hace que Bogart se sienta dueño de la pantalla, dueño de las líneas, dueño de la luz y de los claroscuros, dueño de la teatralidad, hasta dueño del mismo halcón, el cual no es de nadie sino de las mismas palabras y de las mismas incertidumbres. Humphrey resalta en su papel. Es incierto en sus respuestas y explica con tino las consecuencias, las causas, las pérdidas, las ganancias y todo lo que se pueda explicar. Representa a un tipo de persona segura y amable. Su juego con las mujeres es explicable con respecto a su experiencia y su íntimo perfil personal es absorto en cuestiones solidarias.

Spade, como dije anteriormente, decide continuar la investigación por su cuenta. Esto implica, relacionarse con la señorita Mary Astor (Brigid O'Shaughnessy). Una joven que al principio la notamos con miedos, frases incoherentes, obviamente para no develar su más profundo secreto. Spade mantiene la calma y decide esperar el momento más oportuno para enfrentarla. No voy a poder ayudarla mucho mientras no tenga idea clara de todo lo que pasa, dice Spade para que Mary divulgue información importante para resolver el caso, y es que Spade cada vez es más instigador. Su trabajo de investigador privado lo convierte en un ser calculador. Sus emociones las contrae, las sostiene en el aire para que su razón entre a resplandecer en la oscuridad de la incertidumbre. Porque Spade no sabe qué es lo que pasa. Nosotros, los espectadores tampoco sabemos nada. Ni siquiera podemos ayudarle a transmitirle telepáticamente lo que sabemos, como lo hacemos en otras películas, porque simple y sencillamente nosotros sabemos tanto o menos como él.

De pronto aparece en pantalla un personaje pequeño, con rostro intrigante y una voz particular. Una elegancia y un bastón lo hacen singular. Se entrevista con Spade. Con Sam Spade. Un hombre a quien nadie le podría engañar. Pero Joel Cairo (Peter Lorre) es intrépido y un poco atrevido. Le hace una proposición. Spade lo piensa, reflexiona. Necesita más dato y más información.

Después de varios días, el investigador se da cuenta que alguien lo persigue. Logra enfrentarlo y aparece otro personaje importante. Kasper Gutman (Sydney Greenstreet). Un obeso multimillonario que tiene todas las respuestas. Ya estamos a mitad de la película. Recién Huston nos cuenta la importancia del famoso halcón maltés, pero claro, nosotros como buenos investigadores, hemos podido deducirlo con anterioridad. Sam, al reunirse con este personaje, va esclareciendo todas sus dudas y es el momento en donde crea toda una teoría: todos mienten.

Huston debuta con esta película como director. Porque anteriormente había trabajado diez años como guionista en otras películas pero su genialidad como realizador y su tino en escoger a los actores lo lleva a la fama. Pero no sólo John se convierte en respetado con este film noir, sino que Bogart, Greenstreet y Lorre vuelven a trabajar juntos el siguiente año con el clásico de clásicos Casablanca.

Sus notables dotes de guionista, realza la película que sostiene una línea argumental desconocida por el mismo personaje. Las mentiras de los personajes que quieren conseguir el halcón maltés por su invaluable precio, hace más difícil la investigación para el mismo Spade. Es por esto que la continuidad y la simpleza de transiciones convierten en “El halcón maltés” en una pieza fundamental de ejemplo de maestría en realización.

Spade, luego de descubrir y de obtener el halcón maltés de manera simplemente afortunada, es sorprendido en su propia casa por los buscadores de tesoro. El multimillonario y Cairo, se juntan para así unir fuerzas y ser más poderosos. Pero aún así, Spade no se deja corromper con las especulaciones de los demás. Ni siquiera de Mary Aston, mujer que había robado su corazón todo este tiempo.

El halcón maltés por fin, es descubierto pero con esto, también su falsedad y su poca importancia. Spade decide delatar a todos los mafiosos, inclusive a Mary, porque se dio cuenta de sus mentiras, todo por culpa del dinero. El halcón valía mucha fortuna y muchas personas habían muerto a causa de esta pieza de oro. A demás de su intachable honorabilidad, Spade era un hombre justo y consideraba la verdad por encima de todo. Al igual que Bogart, Huston quedó complacido con la acogida de esta película y un hito en la historia fue escrito a partir de “El halcón maltés”, una película llena de claroscuros, de intrigas, de mentiras y de realidades a medias. Un emblema a la narrativa. Un ejemplo de dirección de personajes y una representatividad con Bogart, un personaje dentro de otro.

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