sábado, 23 de octubre de 2010

PELÍCULA: FLORES ROTAS

“El éxito popular no es mi área”, afirma Jim Jarmusch (director) en una entrevista, y en efecto, es lo que vemos representado en este filme, ya que se desprende (de forma ética, y moral) de las garras de Hollywood con total libertad. Una independencia vehemente, continua y salvadora. Un filme que contiene un ritmo tranquilo con chispazos de sensualidad y humor, de reflexión y evolución.

Flores rotas es el segundo filme de Jarmusch que se estrena en Lima. Contiene una serie de emociones, situaciones irónicas, divertidas y dramáticas medidas con delicadeza, y en especial, actuaciones encantadoras por partes de las actrices de reparto junto al líder del viaje (interior y profundo), el experimentado y más preciso en cuanto a estilo, Bill Murray.

Don Johnston es un hombre soltero que, después que su última novia lo deja, recibe una carta anónima en la cual, una mujer, le informa que él tuvo un hijo con ella y que es posible que lo esté buscando. La situación hace que Don examine sus relaciones amorosas de hace casi veinte años y con lo cual, ayudado por su vecino, amante de las novelas de ficción, realiza viajes al encuentro de la posible madre.

El director nos muestra la vida de un hombre soltero, exitoso con los negocios, y catalogado por sus mismos amigos como de Don Juan. Pero el personaje de Don, con la impecable caracterización de Bill Murray, nos presenta un personaje apático, cansado del trabajo, poco hablador y perdido en su mundo interior.

La historia va transcurriendo y se vuelve más interesante aún. Don Johnston decide emprender la búsqueda de la madre de su supuesto hijo y va encontrando mujeres únicas y diferentes. Sharon Stone (Laura) no muestra la más mínima gota de cansancio y parece recién salida del cascarón actoral. Jessica Lange (Carmen), tratando de ser discreta y evasiva. Frances Conroy con sus gestos incómodos e interesantes. Tilda Swinton (Penny) ofensiva y malhumorada.

Chloe Sevigny (la asistente de Carmen) junto a Alexis Dziena (Lolita) y Pell James (Sun Green, utópico si lo traducimos al español: Sol Verde), mantienen un ritmo erótico a toda la película. Viendo a Chloe con su minifalda, recordamos por ejemplo la excitante escena de sexo que tuvo con Vincent Gallo en The brown bunny, o cuando Alexis se muestra desnuda y tentadora frente a Don generando deseos más directos; mientras que cuando aparece Pell, casi al final de la película, nos enamoramos tiernamente, convirtiéndose casi en "amor a primera vista".

Jim, a través del ojo de Fredrick Elmes, director de fotografía de grandes películas de David Lynch como Terciopelo azul o Eraserhead, examina, desde el punto de vista del propio protagonista, la evolución, en cuanto a filosofía de vida, de Don Johnston, objetivo principal del director. Desde que empieza con su inmutable rostro y su risa difícil y, hasta inverosímil, terminando con un Johnston quebrado al costado de la lápida de una de sus novias o teniendo un diálogo algo forzado con un joven al cual encuentra en la calle al final de la película, creyendo que es su hijo.

La película va caminando entre pistas que no llevan a ningún lado y a todos. Absolutamente todas las pequeñas claves para dar a la madre y a su hijo están relacionadas. Todas con el color rosado (el mismo color de la carta anónima).

Es probable que cuando intentamos buscar pistas en algún lugar desierto la encontremos, por el simple hecho de darle sentido a las cosas, pero Jim Jarmusch se encarga, en esta película de no dar sentido a nada puesto que todo se relaciona con todo. Muchas veces encontramos el por qué de las cosas, sólo porque las necesitamos, y muchas veces nos equivocamos.

La idea completa a la cual nos conduce el director, es a darnos cuenta del cambio del ser humano con el tiempo y de las sorpresas de la vida. Don Johnston, aburrido y apático de su vida, encuentra su verdadero vacío. Quiere cambiar y lo trata de hacer, muy a su estilo, conforme a su personalidad. Al final, con el transcurso del tiempo, a través de la meditación, se da cuenta que las pistas pueden llevarte por un sendero; uno decide si es el equivocado o no. Uno decide si cambia o evoluciona.

La vida está hecha de suerte y fortuna. Flores rotas contiene mucho de ambas. Suerte por la fabulosa puesta en escena y narrativa ordenada; y fortuna, para nosotros los espectadores cansados de Superman’s que regresan y de películas nacionales sin novedades ni creativos guiones. Excelente título para una película interesante que trata de “romper” los sosegados filmes populares.

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