sábado, 23 de octubre de 2010

PELÍCULA: LA CASA DEL LAGO

Mientras que las grandes productoras de la película (Warner Bros. Pictures, Vertigo Entertainment y Village Roadshow Pictures) nos dan la bienvenida con sus impresionantes logos interactivos, al comienzo de la película, la música espléndida ya va surcando nuestra mente con melodías delicadas y suaves. Esta es una de las formas más sutiles y precisas para empezar una película. Un buen comienzo.

La casa del lago es un filme tan romántico como el mismo título (como cuento de hadas). Con su melodioso comienzo, nos enternece y nos enamoramos de nuevo. Quizás esto que estoy planteando, una visión muy personal de la película, suene trillado y hasta empalagoso, pero esta película es la excepción.

Cómo no resistirse a suspirar en las escenas de quiebre, aunque sean estas un poco predecibles y obvias. Cómo no dejarse atrapar ante una situación amorosa. Quién no quiere escaparse unos minutos de la realidad para imaginar que un “agujero de gusano paralelo que enlaza tiempos” (el buzón de correo) sirve para unir a un par de solteros y convertirse en cómplices de ambos...

Sandra Bullock, tan bella como siempre caracterizando a Kate, la doctora quien mantiene comunicación por correo “normal” con Alex, un arquitecto soltero también, protagonizado por Keanu Reeves, se vuelven a unir para rememorar viejos tiempos y buenos momentos.

Alex y Kate descubren que este buzón, de la casa del lago, los comunica a través del tiempo. Alex en el 2004 y Kate en el 2006 tratan de hacer todo lo posible para estar juntos en un mismo tiempo. Muchas situaciones tendrán que pasar para que el verdadero amor llegue. Desde decepciones, hasta besos furtivos. Desde paseos por Chicago por separado, hasta un encuentro visto a través de naturaleza tapando parcialmente la imagen. Situaciones extrañas, medianamente distintas y fáciles de imaginar. Todo que en su conjunto funciona. Y funciona muy bien para lo que estuvo hecho. Una comedia romántica, y dramática hasta el final.

Alejandro Agresti, el director nacido en Buenos Aires, mantiene parejo el ritmo con creativos planos, secuencias muy bien descritas y un sentido profundo del cine. Su experiencia pesa y eso se nota claramente en estos 105 minutos de duración de la película. Se distingue el sello personal del director. A pesar de que estas comedias románticas fantásticas son fáciles de realizar, Agresti logra captar la atención con su singular dirección.

Bullock y Reeves se encuentran de nuevo pero esta vez el enamoramiento es casi inmediato. Sandra (Kate) realiza un trabajo minucioso. El personaje es un poco distante, supersticioso al principio y luego cambia para ser duro, indiferente y hasta insensible. El final es el clásico derramamiento de lágrimas pero bien cuidado y bastante bien delineado. Keanu (Alex) tiene esa facilidad de deslumbrar con su personalidad y saber, en un instante, que su presencia es indiscutible. A pesar de ocultar, al principio del filme, su frialdad, a lo largo de la película se le ve temeroso y angustiado por no tener a Kate a su lado. Una química especial entre ellos nos facilita la digestión de toda la historia.

David Auburn, guionista, ganador del Pulitzer y del Tony, genera de forma experimental pero experimentada, puntos de cambios inteligentes y especiales que con la dirección creativa y la música intensa y sensible, hace que toda la película nos toque del cielo, haciéndonos revalidar, a pesar de lo trillado, que las historias de amor todavía se escriben sufriendo y llorando, esperando al ser amado.

Y cuando me refiero a la música intensa y sensible, el mago y maestro en este tipo de arte, me refiero al único personaje que lo realiza de forma magistral: el señor James Paul McCartney. El ex – Beatle, ya había colaborado con otras películas como Vanilla sky, titulando con el mismo nombre a la canción de la película. Esta vez, logra derretir hasta al mismo calor con su perfecta melodía con This never happened before.

Qué gran éxito para los productores. Un director con una creativa cinematográfica especial. Música del mejor de los compositores de todos los tiempos. Un guión escrito, no significa éxito seguro pero sí tomarlo en cuenta, por un ganador del Pulitzer y del Tony. Actores que saben hacer su trabajo (los espectadores deseaban verlos juntos de nuevo). La casa del lago flota en un aire misterioso, romántico sin llegar a lo cursi, renueva a los estereotipos sin dejar una huella de antigüedad superficial. Un producto que pudo lograr su objetivo. Renovar lo romántico, envolver al espectador y hacer pasar un buen rato al público (limeño) necesitado de cosas renovadas y distintas.

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