Alpamayo Entertainment es la productora responsable de esta aventura animada en tercera dimensión, y qué mejor si los realizadores son peruanos como nosotros o como lo son los mismos personajes (como el cóndor por ejemplo). Una verdadera satisfacción es ver en la pantalla grande cintas animadas que no tienen nada que envidiar a las multimillonarias empresas de Hollywood como Dreamworks o Pixar.
Con una historia basada en el cuento de Hernán Garrido-Lecca, con un guión de la excelente guionista (y poeta también) Giovanna Pollarolo junto a Enrique Moncloa y todo un equipo de buenos actores y actrices, técnicos y músicos, Alpamayo logra entrar al mundo de la animación (por segunda vez) con el pie derecho, pero ésta vez con mucha más calidad y experiencia.
Eduardo Schuldt, director de Piratas en el Callao y ahora de Dragones..., convirtió a su cinta animada en la película más vista el fin de semana, seguida de los Vecinos Invasores en segundo lugar, Superman en tercero, Golpe de suerte, Silent Hill y Cars en orden consecutivo. Un gran mérito y un ejemplo para las productoras (y no sólo productoras, sino también para las empresas en general de nuestro país y me refiero puntualmente a la evolución y desarrollo de la empresa).
Todo empieza cuando una pareja de cóndores encuentra un huevo abandonado resultando ser con el tiempo el príncipe de los Dragones “buenos”. Al principio, el pequeño dragón es gordito, morado y con alas pequeñas, características de las cuales sus hermanos cóndores se burlan por ser diferente a ellos. Hasta que un día llega Marina, una dragón, quien es encomendada para recoger a John - John, el dragón príncipe, de la tierra en donde fue criado y llevado a su mundo, dentro de la tierra y cumplir con la profecía de liberar a su pueblo y seguir su destino de fuego.
El guión tiene sus altos y sus bajos. La historia de unos dragones conviviendo con personajes como el cóndor o el puma (y en sólo unas cuantas escenas, una que otra llama o vicuña), convirtiéndose estos en personajes secundarios, en lugar de ser estos los primarios, no me convence mucho. Los diálogos un poco exagerados, sin mucha acción física pero exagerando en los gestos y mímicas. (Quizás esto último necesario por ser una película para niños).
La voz de Gianmarco Zignago caracterizando a un niño y luego joven dragón es sorprendente. El personaje de Gianella Neyra (Lily) muy bien descrito y estructurado pero que lamentablemente no pudo ser completado y perfecto por ese “dejo” argentino de Gianella que arruina la homogeneidad de voces debido a los numerosos personajes peruanos (llama, cóndor, puma, leopardo, etc) que resaltan en la película.
Es necesaria hacer la comparación entre las dos películas de la productora Alpamayo. Entre Piratas en el Callao y Dragones: destino de fuego existe una enorme diferencia, mejoramiento y experiencia. Es evidente la mejoría en cuanto a sistemas de animación se refiere. Mientras que en Piratas... los gestos y textura de los personajes eran planos y más rígidos, en Dragones... podemos sentir con nuestras pupilas cada escama de un dragón, por sólo mencionar una de las muchas mejorías visuales en esta última cinta.
Las actuaciones son mucho más precisas, el guión más elaborado y experimentado, los efectos de 3D muy reales son algunas de las características de este largometraje peruano que, a pocos días de su estreno, ya había superado los noventa mil espectadores. Estemos atentos a esta empresa que crece día a día en el mundo tremendamente competitivo de la animación digital, y estemos atentos también a su próximo proyecto que tienen al fútbol como personaje principal.
Por último, lo más importante, como idea central es que Dragones: destino de fuego es una película que toma y adopta una conciencia ecológica, y qué mejor si empezamos a inculcar estos valores a los niños. La destrucción masiva por parte de los exportadores de madera en la selva, se hace cada vez más catastrófica. Empecemos por cuidar la naturaleza nosotros mismos, empecemos a cuidar el medio ambiente, demos el ejemplo a los niños, así como los dragones lo hacen en esta película.
Con una historia basada en el cuento de Hernán Garrido-Lecca, con un guión de la excelente guionista (y poeta también) Giovanna Pollarolo junto a Enrique Moncloa y todo un equipo de buenos actores y actrices, técnicos y músicos, Alpamayo logra entrar al mundo de la animación (por segunda vez) con el pie derecho, pero ésta vez con mucha más calidad y experiencia.
Eduardo Schuldt, director de Piratas en el Callao y ahora de Dragones..., convirtió a su cinta animada en la película más vista el fin de semana, seguida de los Vecinos Invasores en segundo lugar, Superman en tercero, Golpe de suerte, Silent Hill y Cars en orden consecutivo. Un gran mérito y un ejemplo para las productoras (y no sólo productoras, sino también para las empresas en general de nuestro país y me refiero puntualmente a la evolución y desarrollo de la empresa).
Todo empieza cuando una pareja de cóndores encuentra un huevo abandonado resultando ser con el tiempo el príncipe de los Dragones “buenos”. Al principio, el pequeño dragón es gordito, morado y con alas pequeñas, características de las cuales sus hermanos cóndores se burlan por ser diferente a ellos. Hasta que un día llega Marina, una dragón, quien es encomendada para recoger a John - John, el dragón príncipe, de la tierra en donde fue criado y llevado a su mundo, dentro de la tierra y cumplir con la profecía de liberar a su pueblo y seguir su destino de fuego.
El guión tiene sus altos y sus bajos. La historia de unos dragones conviviendo con personajes como el cóndor o el puma (y en sólo unas cuantas escenas, una que otra llama o vicuña), convirtiéndose estos en personajes secundarios, en lugar de ser estos los primarios, no me convence mucho. Los diálogos un poco exagerados, sin mucha acción física pero exagerando en los gestos y mímicas. (Quizás esto último necesario por ser una película para niños).
La voz de Gianmarco Zignago caracterizando a un niño y luego joven dragón es sorprendente. El personaje de Gianella Neyra (Lily) muy bien descrito y estructurado pero que lamentablemente no pudo ser completado y perfecto por ese “dejo” argentino de Gianella que arruina la homogeneidad de voces debido a los numerosos personajes peruanos (llama, cóndor, puma, leopardo, etc) que resaltan en la película.
Es necesaria hacer la comparación entre las dos películas de la productora Alpamayo. Entre Piratas en el Callao y Dragones: destino de fuego existe una enorme diferencia, mejoramiento y experiencia. Es evidente la mejoría en cuanto a sistemas de animación se refiere. Mientras que en Piratas... los gestos y textura de los personajes eran planos y más rígidos, en Dragones... podemos sentir con nuestras pupilas cada escama de un dragón, por sólo mencionar una de las muchas mejorías visuales en esta última cinta.
Las actuaciones son mucho más precisas, el guión más elaborado y experimentado, los efectos de 3D muy reales son algunas de las características de este largometraje peruano que, a pocos días de su estreno, ya había superado los noventa mil espectadores. Estemos atentos a esta empresa que crece día a día en el mundo tremendamente competitivo de la animación digital, y estemos atentos también a su próximo proyecto que tienen al fútbol como personaje principal.
Por último, lo más importante, como idea central es que Dragones: destino de fuego es una película que toma y adopta una conciencia ecológica, y qué mejor si empezamos a inculcar estos valores a los niños. La destrucción masiva por parte de los exportadores de madera en la selva, se hace cada vez más catastrófica. Empecemos por cuidar la naturaleza nosotros mismos, empecemos a cuidar el medio ambiente, demos el ejemplo a los niños, así como los dragones lo hacen en esta película.
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