sábado, 23 de octubre de 2010

PELÍCULA: ESCÁNDALO

La rutina en la vida de Barbara Covett (Judi Dench) se caracteriza por analizar cada uno de los nuevos elementos que se cruzan por su vida, en su medio laboral (un colegio). En esta oportunidad, su obsesión por una mujer joven, atractiva e inteligente, que recién ha ingresado a trabajar al colegio, se convierte en una enfermiza persecución para conseguir a toda costa su amistad pero más que eso, encontrar en ella el amor de su vida.

Cate Blanchett protagoniza a Sheba Hart, una joven profesora de arte quien cae en su propia y reprimida pasión, tratando de escapar de la monotonía social y sexual, optando por no desperdiciar las oportunidades que se le presentan en la vida.

El director Richard Eyre, ya ha trabajado con Judi Dench en “Iris”, una película que muestra la lucha de una mujer para combatir la enfermedad que la aqueja: alzheimer. En esta ocación, Eyre, escoge de nuevo el protagonismo y la lucha de la “mujer”, pero quizás de manera contraria. Quiero decir, una involución y regresión moral y psicológica de la persona, por voluntad propia.

La historia se da lugar en Londres, en invierno, en el núcleo de una sociedad contemporánea “normal”. Esto sirve de base para el desarrollo de las acciones y para la tensión que genera el rompimiento de estas fuertes matrices, las cuales resurgen de forma circular, valga decir, repitiéndose una y otra vez los puntos críticos que sobresalen para hacerse notar indistintamente en personas “comunes y corrientes”.

El personaje de Judi Dench (Barbara) necesita amistad y la debe de conseguir cueste lo que cueste. Dench actúa con personalidad y su calmada expresión hace de su personaje, una mujer calculadora y precavida. Maneja las situaciones extremas. Sabe reemplazar su estado de ánimo por hipocresía. Barbara, es una persona que ha pasado por complejas situaciones y sabe que no debe de dejar pasar ninguna oportunidad. Al igual que su “amiga” Sheba.

El filme asfixia y penetra en la moral del espectador sin dejarle muchos espacios vacíos para relajarse. Genera tensión, acompañada de suspenso por Barbara, como cuando escuchamos sus pensamientos, cuando percibimos palabras que nacen directamente desde su alma desnuda, palabras sin censuras, honestas, escrupulosas con todo y con todos. Esta voz interior (voz en off) se desplaya y extiende por toda la película.

El nivel de tensión ya está fijada por el director. A este nivel, ya creciente, le sumamos las aventuras eróticas y desmedidas de la joven profesora. Los momentos intensos los vivimos junto a ella, observando dentro de sus recuerdos (en los flashback) el momento en que da rienda suelta a su pasión y se sumerge en el tren del deseo junto a Steven Connolly de 16 años, interpretado por un inexperto y sosegado Andrew Simpson.

La historia se vuelve, en este punto, incómoda, sensible y traumática. Nos conmueve la amistad de Barbara y al mismo tiempo le brindamos compasión. Por otro lado, Sheba se convierte de inocente a adultera enfermiza. Este sentimiento se ve aplacado por el tierno encuentro sexual que se lleva a cabo en los alrededores de la estación del tren. Junto a los rieles y a un vagón abandonado consuman su amor. La escena es extraña. Circunda lo irreal, erótico, inmoral y sentimental. No podemos combatir el amor y el deseo que se está dando en aquel momento, pero tampoco agrada del todo.

Bárbara, a medida que avanza la película y caemos en el hecho de que se entromete en la vida de los demás y que su obsesión se complica más, se convierte en un personaje insoportable y perdido. Sheba, a pesar de haber cometido adulterio, avalamos su comportamiento. Quizás alguna vez pensamos como Sheba, quizás alguno de nosotros tuvo algún encuentro con otra persona y si no lo tuvimos, pues, al menos lo pensamos.

Es probable que no lleguemos a tal extremo y que no seamos arriesgados como la profesora de arte pero la comprendemos. Su locura encuentra un pequeño perdón no sólo en nosotros, sino también en su familia. El valor de tocar la puerta de su esposo y el perdón del esposo, reconforta y tranquiliza. Una nueva oportunidad le fue dada y el arrepentimiento lo vemos en su rostro. Su llanto contenido de Sheba la hace vulnerable e inocente a pesar de no serlo.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...