sábado, 23 de octubre de 2010

PELÍCULA: MISIÓN IMPOSIBLE 3

Quién no quisiera ser por al menos un minuto un super héroe? Alguna vez te has visto envuelto en una serie de acontecimientos que tengan que ver con el gobierno y seguridad de estado? Entrando al mundo de Ethan Hunt es muy posible. Debo de ser sincero y me es imperante resumir las sensaciones que tuve al terminar de ver la película: Me gustaría ser Ethan Hunt.

Misión imposible III ha llegado al cine con muchos problemas de producción. Desde la convocatoria de actores, hasta cambios de director. Algunos dicen que esta fue la razón por la cual M:I-3 no ha podido pasar de ser una película regular. Es importante destacar la dirección cinematográfica del director, pero como toda película de acción, esta no se escapa de la ley general: impresionante en efectos especiales, romantica (hasta llegar al punto de lo melodramático), malos muy malos y buenos con piel de acero.

J.J. Abrams es un director que ama la acción. Pone en riesgo hasta el cabello del personaje. Los hace transpirar en un segundo y reaccionar al otro. Utiliza cámara en mano en las escenas más tensas y trípode en otras escenas sosegadas y románticas. Es un director de series de televisión muy influyentes en EE.UU como “Alias” y creador de “Lost”. Suspenso, acción y romance. Son tres elementos que utiliza al extremo. Cae en el error de la exageración de lo cursi y romántico. Sobre exalta a las mismas balas que rondan la cabeza de Tom Cruise. El director describe la escena completamente y le pone su sello.

Diría que este episodio de unos largos 126 minutos te mantiene pegado a tu asiento de manera especial. Esta historia contiene muchos efectos especiales pero se diferencia de las anteriores por su notable dirección. Se entiende que Abrams mantiene una estrecha relación con la historia y la enlaza bastante bien. Secuencias escénicas, destreza en la edición final y mucha adrenalina en las tomas de corta duración.

Escenas un poco fuera de un contexto original suscitan paradojas. El primer encuentro de Tom Cruise (Hunt) con Philip Seymour Hoffman (Davian), espléndida actuación, se asemeja a un “Código da Vinci” todavía no estrenado y mantiene esta posible semejanza y utópico momento en que entran al Vaticano con artimañas para secuestrar al malo de la película. Un casamiento apresurado antes de entrar al sub mundo del espionaje desespera por el inverosímil contexto, incluyendo una escena larga en donde Ethan le pide que confíe en él, suponiendo lo clasificado y secreto que es su trabajo obviamente. Estas son unas de las pocas escenas en que el director sale de su propio mundo y se atrofia al desarrollarlo para un posible público relajado e inofensivo.

A pesar que en los años sesenta, la serie titulada Misión Imposible tuviera un público todavía selecto por el género policial y de espionaje, esta versión cinematográfica, entrada en niveles mayores con lo que a efectos especiales se refiere, está hecha para disfrutarla en familia y no aplicar ningún juicio de valor al resultado de la misma. Es una película con muchas explosiones, con saltos muy reales en paracaídas (según un comentario que leí de un paracaidista profesional), romance, amistad, traición y demás adornos posibles para que la película guste a todo público. En lo personal, tuve la sensación, al terminar la película, de haber peleado con mil agentes del mal, haber enojado al ganador del Oscar Philip Seymour Hoffman, de haberme casado en un hospital (incluido aros de juguete, muy enternecedor y a la vez irreal), de haber estado desde el Vaticano, hasta Shangai, haber hablado desde Sueco hasta italiano, y de haberme tirado en paracaidas de unos de los últimos pisos de un altísimo edificio. Es una película de acción, con todos sus condimentos especiales, que está muy bien dirigida y nada más. Misión Imposible III no debe tomarse en serio, más bien, debe tomarse con toda la emoción de una saga intrépida, emocionante y excitante al mismo tiempo.

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