Después de haber actuado en King Kong o en La Escuela de Rock, el actor de Hollywood, Jack Black, vuelve a la cartelera limeña con Nacho Libre, una película filmada íntegramente en México, que contiene todos los elementos para hacerte reír de principio a fin.
La versión traducido al español “mexicano”, se adecua de manera perfecta para la película. Las bromas y la forma de hablar de los mexicanos es muy particular. Esta cinta necesita de estos elementos para reforzarse y adherirse al objetivo que es simlpemente: pasar un buen momento.
Un sacerdote está a cargo de unos niños hurfanos de un convento (al Sur de México, en el estado de Oaxaca). Un torneo de lucha libre reaviva el alma del sacedote que desde niño quiso pertenecer a las ligas mayores de ese deporte. El premio podría ayudar a los niños del convento y la hermana Encarnación se encargará de poner en aprietos a Nacho, con su belleza natural.
Jared Hess, director de Nacho Libre, emplea elementos narrativos ordenados cronológicamente, salvo algunos flash-backs que rompen el esquema lineal y hace rememorar el pasado del personaje principal pasado.
La dirección de actores representa la mayor cualidad de esta película simulando a personas de caricatura, exagerando sus reacciones y movimientos (en mayor proporción, el inolvidable Nacho).
Jack Black, protagonizando a Nacho Libre, seduce al espectador pero no con su barriga desnuda y desproporcionada, sino con su vigor, valentía y perseverancia con los hechos fortuitos. Esa idílica caracterización de Ana de la Reguera, como la hermana Encarnación, es perfecta por su rostro angelical más que por su personaje.
Héctor Jiménez, como esqueleto, es el típico “robin” (acompañante de Batman) del protagonista, que lo ayuda a conseguir su objetivo. Su voz melosa, su preferencia por la comida vegetariana y su contextura cadavérica lo convierte en un personaje insoportable pero que con el pasar de los minutos, le vamos tomando afecto.
Sin duda que esta cinta refleja de manera satírica, irónica y sarcástica el mundo de la lucha libre en México. La película deja claro que, para ganar dinero, no es necesario ganar, sino competir, recibir golpes y un poco de humillación (usan máscaras para cubrir sus rostros e incidir en el anonimato).
La versión traducido al español “mexicano”, se adecua de manera perfecta para la película. Las bromas y la forma de hablar de los mexicanos es muy particular. Esta cinta necesita de estos elementos para reforzarse y adherirse al objetivo que es simlpemente: pasar un buen momento.
Un sacerdote está a cargo de unos niños hurfanos de un convento (al Sur de México, en el estado de Oaxaca). Un torneo de lucha libre reaviva el alma del sacedote que desde niño quiso pertenecer a las ligas mayores de ese deporte. El premio podría ayudar a los niños del convento y la hermana Encarnación se encargará de poner en aprietos a Nacho, con su belleza natural.
Jared Hess, director de Nacho Libre, emplea elementos narrativos ordenados cronológicamente, salvo algunos flash-backs que rompen el esquema lineal y hace rememorar el pasado del personaje principal pasado.
La dirección de actores representa la mayor cualidad de esta película simulando a personas de caricatura, exagerando sus reacciones y movimientos (en mayor proporción, el inolvidable Nacho).
Jack Black, protagonizando a Nacho Libre, seduce al espectador pero no con su barriga desnuda y desproporcionada, sino con su vigor, valentía y perseverancia con los hechos fortuitos. Esa idílica caracterización de Ana de la Reguera, como la hermana Encarnación, es perfecta por su rostro angelical más que por su personaje.
Héctor Jiménez, como esqueleto, es el típico “robin” (acompañante de Batman) del protagonista, que lo ayuda a conseguir su objetivo. Su voz melosa, su preferencia por la comida vegetariana y su contextura cadavérica lo convierte en un personaje insoportable pero que con el pasar de los minutos, le vamos tomando afecto.
Sin duda que esta cinta refleja de manera satírica, irónica y sarcástica el mundo de la lucha libre en México. La película deja claro que, para ganar dinero, no es necesario ganar, sino competir, recibir golpes y un poco de humillación (usan máscaras para cubrir sus rostros e incidir en el anonimato).
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