Millones de tanques de agua, un elenco de novatos y experimentados actores, la Warner Bros. utilizando 150 millones de dólares para la producción, un director alemán experimentado en asuntos acuáticos (director de Una tormenta perfecta) no bastaron, ni fueron suficientes para reivindicar los desastrosos últimos “remakes” (La Profecía 6.6.06). A pesar que este no es uno de los peores, tampoco sería justo clasificarlo como malo.
Esta película es una nueva realización de la versión original del ’79 llamada: La aventura del Poseidón teniendo en el reparto al premiado Gene Hackman. Esta nueva visión del clásico de catástrofe tiene liderando el reparto a Kurt Russell, Josh Lucas, Richard Dreyfuss, Mia Maestro, entre otros.
Es la fiesta de fin de año. Un lujosísimo transatlántico llamado Poseidón (nombrado en honor al Dios griego del mar) conlleva en su interior a personalidades importantes, como el alcalde de Nueva York (Russell), un marino experto en poker (Lucas) o hasta un agente infiltrado (Maestro). Personas pasándola bien en fiestas con música contemporánea cantada por una impactante rubia (Stacy Ferguson cantante de The Black Eyed Peas) cuando de repente, una gigantesca ola cubre a Poseidón, volteando y sumergiendo al barco hasta hundirlo causando desastres en su interior y asesinando a los tripulantes, a excepción (y no faltaba más) de aquellos que quieren sobrevivir (héroes imprescindibles) a toda costa.
Wolfgang Petersen director del film, utiliza toda su experiencia en términos marítimos y la plasma con sudor y pasión. Se siente el sacrificio de los personajes al tratar de escapar del barco que se está hundiendo. Los primeros planos son importantes. Nos atrapan en el barco y sentimos ahogarnos y mojarnos nuestros pies.
En todo momento, Petersen ilumina su película de forma relampagueante. Chispazos de electricidad, causados por la gran sacudida de la endemoniada ola, saturan y convierten al barco en una especie de discoteca submarina hundiéndose milímetro por milímetro. Escenografía impresionante antes y después del hundimiento. Música típica contextualizando la típica escena de suspenso.
En particular, un déjà vu me dejó un mal sabor de boca. La escena en la cual el papá se sacrifica por los sobrevivientes y en especial por su hija (incluyendo al novio), sumergiéndose y nadando varios metros para apretar el botón salvador, me hizo recordar aquella escena en Armageddon en donde Bruce Willis, el papá, engaña al novio de su hija (en este caso hasta con un golpe) para arriesgar su vida por los demás. ¿Acaso no existen más herramientas en el cine de Hollywood para inventar alguna escena ya existente que copiarla y variarla superficialmente?
Poseidón, una historia con 99 minutos de duración y un 99 por ciento de efectos especiales, determina la sucesión de desastres cinematográficos, no sólo cualitativos sino también cuantitativos (dinero recaudado) en la historia de Hollywood. A pesar de la superioridad con respecto a la antigua, básicamente en efectos especiales, esta película contiene superficialidad, suspenso audiovisual (primando lo sonoro a lo visual) y personajes psicológicamente muy cuestionables.
Esta película es una nueva realización de la versión original del ’79 llamada: La aventura del Poseidón teniendo en el reparto al premiado Gene Hackman. Esta nueva visión del clásico de catástrofe tiene liderando el reparto a Kurt Russell, Josh Lucas, Richard Dreyfuss, Mia Maestro, entre otros.
Es la fiesta de fin de año. Un lujosísimo transatlántico llamado Poseidón (nombrado en honor al Dios griego del mar) conlleva en su interior a personalidades importantes, como el alcalde de Nueva York (Russell), un marino experto en poker (Lucas) o hasta un agente infiltrado (Maestro). Personas pasándola bien en fiestas con música contemporánea cantada por una impactante rubia (Stacy Ferguson cantante de The Black Eyed Peas) cuando de repente, una gigantesca ola cubre a Poseidón, volteando y sumergiendo al barco hasta hundirlo causando desastres en su interior y asesinando a los tripulantes, a excepción (y no faltaba más) de aquellos que quieren sobrevivir (héroes imprescindibles) a toda costa.
Wolfgang Petersen director del film, utiliza toda su experiencia en términos marítimos y la plasma con sudor y pasión. Se siente el sacrificio de los personajes al tratar de escapar del barco que se está hundiendo. Los primeros planos son importantes. Nos atrapan en el barco y sentimos ahogarnos y mojarnos nuestros pies.
En todo momento, Petersen ilumina su película de forma relampagueante. Chispazos de electricidad, causados por la gran sacudida de la endemoniada ola, saturan y convierten al barco en una especie de discoteca submarina hundiéndose milímetro por milímetro. Escenografía impresionante antes y después del hundimiento. Música típica contextualizando la típica escena de suspenso.
En particular, un déjà vu me dejó un mal sabor de boca. La escena en la cual el papá se sacrifica por los sobrevivientes y en especial por su hija (incluyendo al novio), sumergiéndose y nadando varios metros para apretar el botón salvador, me hizo recordar aquella escena en Armageddon en donde Bruce Willis, el papá, engaña al novio de su hija (en este caso hasta con un golpe) para arriesgar su vida por los demás. ¿Acaso no existen más herramientas en el cine de Hollywood para inventar alguna escena ya existente que copiarla y variarla superficialmente?
Poseidón, una historia con 99 minutos de duración y un 99 por ciento de efectos especiales, determina la sucesión de desastres cinematográficos, no sólo cualitativos sino también cuantitativos (dinero recaudado) en la historia de Hollywood. A pesar de la superioridad con respecto a la antigua, básicamente en efectos especiales, esta película contiene superficialidad, suspenso audiovisual (primando lo sonoro a lo visual) y personajes psicológicamente muy cuestionables.
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