Bree es un transexual que vive en Los Angeles, tiene dos trabajos, se pinta las uñas, se viste como mujer, habla como mujer y para poner más interesante la historia, tiene un hijo adolescente el cual le cambia la percepción de la vida sin que cambie su postura de homosexual.
Una semana antes de que se haga la cirugía de cambio de sexo, se entera, de manera brusca, que tiene un hijo y está detenido por una supuesta posesión de drogas. Bree tiene la sensibilidad a flor de piel. No sabe qué hacer. Decide sacarlo de la cárcel de Nueva York. Su hijo Toby no tiene madre, así es que decide llevarlo con él hasta Los Ángeles, porque quiere trabajar en la industria del cine.
Acá es donde empieza su travesía a lo largo de Estados Unidos. Un roadmovie que empieza en Nueva York y acaba en California. Durante el viaje, Bree le oculta que es su padre. Y gran parte de la película esperamos ese momento. Esa acción dramática. El cineasta hace que el espectador se ponga en la piel del hijo. Qué pasaría si nuestro padre fuera transexual. Cómo lo tomaríamos. Lo podremos aceptar o lo negaremos hasta nuestra muerte.
Sigamos con los protagonistas. Toby es un muchacho rebelde y drogadicto. Tiene sueños como todos los adolescentes. Sueña con conocer a su padre, el cual sabe que vive en Los Ángeles y por eso, cuando tenga dinero, lo irá a visitar para no ir con las manos vacía y que vea y se de cuenta que él es un joven responsable y de buen futuro. Pero también es una persona con traumas y miedos.
Ambos, Bree y Toby son personas con conflictos personales fuertes. La personalidad del transexual se va enfrentando a sus temores a medida que los minutos van avanzando. El encuentro con sus padres es drástico. El encuentro con su hijo es intenso. La fuerza que lleva en su alma es envidiable. No se deja llevar por el viento y se enterquese en su decisión. Ya no es hombre, ahora es mujer.
Por otro lado, Toby es una consecuencia de abusos constantes de su padrastro. Es el resultado de una madre que se suicidó. Es el efecto de un padre biológico dubitativo con su sexualidad. Vivió en un ambiente hostil, lleno de drogadictos, delincuentes y estafadores. Lo que se ve de Toby es una mezcla de todo eso y más.
El rostro de Bree tiene una textura desagradable. Por momentos se reconoce a la mujer, por otros, al hombre. Su voz ronca. Sus uñas extremadamente largas. El movimiento de sus manos trata de ser agradables pero muchas veces no lo son. Su caminar es fingido y escasamente verosímil.
La actriz detrás de Bree es versátil y extremadamente expresiva. Felicity Huffman protagoniza al transexual que inunda el écran en todo momento con su sonrisa extraña. Pero al mismo tiempo, es imposible desligarla del papel de Lynette Scavo en “Desperate Housewives”. No porque el personaje se parezca, sino por la mujer sensual y cariñosa que representa en la serie de televisión, lo que hace un poco difícil separar la sexualidad original de la actriz.
Huffman contiene mucha fuerza y un parco desenvolvimiento. Contiene su sensualidad para mostrar a un transexual en potencia. En los primeros planos contemplamos las facciones duras y desencuadradas de Bree. Pero también apreciamos a Huffman sintiéndose hombre, hablando como hombre y reaccionando como hombre también. Un grato encuentro con talento y desarrollo natural.
Una de las escena importantes y críticas de la película es la noche en que Bree llega a casa de sus padres junto con Toby. Es el momento en donde Bree decide contarle que ambos son “padre e hijo”. Pero no lo hace por decisión propia sino que, lo que llevó a eso fue una desequilibrante situación que forzó a hacerlo. La fotografía cálida, amarilla entra en la mente de Toby. Decide abrirse completamente a Bree pero de manera sexual. Es cuando el padre, vestido de mujer, decide contarle la verdad a su hijo.
La sala de cine enmudeció, el sonido se hizo invisible. La tensión se convirtió en una montaña de incertidumbre y nadie puede creer lo que había pasado. Fue un momento difícil, verdadero y extenuado. La situación se evapora, pasan los segundos y ya estamos viendo otra escena. Todo queda en el aire, hasta que luego, en unos minutos más, todo regresa a la “normalidad”. Toby acepta, Bree se complace en saberlo, y todo continúa su rumbo inevitable.
Una semana antes de que se haga la cirugía de cambio de sexo, se entera, de manera brusca, que tiene un hijo y está detenido por una supuesta posesión de drogas. Bree tiene la sensibilidad a flor de piel. No sabe qué hacer. Decide sacarlo de la cárcel de Nueva York. Su hijo Toby no tiene madre, así es que decide llevarlo con él hasta Los Ángeles, porque quiere trabajar en la industria del cine.
Acá es donde empieza su travesía a lo largo de Estados Unidos. Un roadmovie que empieza en Nueva York y acaba en California. Durante el viaje, Bree le oculta que es su padre. Y gran parte de la película esperamos ese momento. Esa acción dramática. El cineasta hace que el espectador se ponga en la piel del hijo. Qué pasaría si nuestro padre fuera transexual. Cómo lo tomaríamos. Lo podremos aceptar o lo negaremos hasta nuestra muerte.
Sigamos con los protagonistas. Toby es un muchacho rebelde y drogadicto. Tiene sueños como todos los adolescentes. Sueña con conocer a su padre, el cual sabe que vive en Los Ángeles y por eso, cuando tenga dinero, lo irá a visitar para no ir con las manos vacía y que vea y se de cuenta que él es un joven responsable y de buen futuro. Pero también es una persona con traumas y miedos.
Ambos, Bree y Toby son personas con conflictos personales fuertes. La personalidad del transexual se va enfrentando a sus temores a medida que los minutos van avanzando. El encuentro con sus padres es drástico. El encuentro con su hijo es intenso. La fuerza que lleva en su alma es envidiable. No se deja llevar por el viento y se enterquese en su decisión. Ya no es hombre, ahora es mujer.
Por otro lado, Toby es una consecuencia de abusos constantes de su padrastro. Es el resultado de una madre que se suicidó. Es el efecto de un padre biológico dubitativo con su sexualidad. Vivió en un ambiente hostil, lleno de drogadictos, delincuentes y estafadores. Lo que se ve de Toby es una mezcla de todo eso y más.
El rostro de Bree tiene una textura desagradable. Por momentos se reconoce a la mujer, por otros, al hombre. Su voz ronca. Sus uñas extremadamente largas. El movimiento de sus manos trata de ser agradables pero muchas veces no lo son. Su caminar es fingido y escasamente verosímil.
La actriz detrás de Bree es versátil y extremadamente expresiva. Felicity Huffman protagoniza al transexual que inunda el écran en todo momento con su sonrisa extraña. Pero al mismo tiempo, es imposible desligarla del papel de Lynette Scavo en “Desperate Housewives”. No porque el personaje se parezca, sino por la mujer sensual y cariñosa que representa en la serie de televisión, lo que hace un poco difícil separar la sexualidad original de la actriz.
Huffman contiene mucha fuerza y un parco desenvolvimiento. Contiene su sensualidad para mostrar a un transexual en potencia. En los primeros planos contemplamos las facciones duras y desencuadradas de Bree. Pero también apreciamos a Huffman sintiéndose hombre, hablando como hombre y reaccionando como hombre también. Un grato encuentro con talento y desarrollo natural.
Una de las escena importantes y críticas de la película es la noche en que Bree llega a casa de sus padres junto con Toby. Es el momento en donde Bree decide contarle que ambos son “padre e hijo”. Pero no lo hace por decisión propia sino que, lo que llevó a eso fue una desequilibrante situación que forzó a hacerlo. La fotografía cálida, amarilla entra en la mente de Toby. Decide abrirse completamente a Bree pero de manera sexual. Es cuando el padre, vestido de mujer, decide contarle la verdad a su hijo.
La sala de cine enmudeció, el sonido se hizo invisible. La tensión se convirtió en una montaña de incertidumbre y nadie puede creer lo que había pasado. Fue un momento difícil, verdadero y extenuado. La situación se evapora, pasan los segundos y ya estamos viendo otra escena. Todo queda en el aire, hasta que luego, en unos minutos más, todo regresa a la “normalidad”. Toby acepta, Bree se complace en saberlo, y todo continúa su rumbo inevitable.
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